Montserrat calderó , missionera a Xile ens parla del que ha suposat la pandèmia en aquest país
La germana Montserrat calderó fa mes de 30 anys que va sortir de Lleida , en sentir la crida , la seva missió en aquell moment va ser a Xile, allí va estar molts anys i després d' un breu parèntesis de dos anys al Brasil , ha retornat a Xile i es des d' allí ens escriu per explicar-nos com han viscut la pandèmia fins al moment .
Aquesta es la carta que la germana ens ha fet arribar :
"PANDEMIA EN CHILE
A principios del mes de marzo, llegó el covid-19 a Chile, casi a finales del verano. El día 16 del mismo mes, en Santiago, se cerraron los colegios, – por tres meses- pensamos…
No sabíamos cómo poder impartir las clases para que el alumnado no “perdiera” el tiempo de los aprendizajes; recién hacía dos semanas que habíamos dado inicio a las mismas, después de las vacaciones estivales… Al principio fue un caos que con el paso de los días fuimos clarificando y aprendiendo a manejar mejor las redes sociales en bien de los niños y jóvenes.
Con el cierre de los colegios y escuelas, lentamente se cerraron también muchas industrias, comercios, restaurantes, cines, hoteles, parroquias, capillas, teatros… Miedo, inseguridad…
Todo ello hizo replantearnos la vida de forma distinta a la habitual ya que con el cierre temporal de las empresas muchas de las familias se quedaron sin trabajo… o bien trabajando en casa en teletrabajo con lo que ello conlleva: acomodarse un espacio para trabajar, los hijos para estudiar… además de los papás trabajar y atender la casa…
Todas las familias se reinventaron de una u otra forma. En Chile se crearon otra vez las “ollas comunes” que no se veían desde tiempos de dictadura. Esa olla donde los vecinos aportan: porotos, verdura, fideos, carne… para que otro grupo de vecinos/as lo cocine y lo vengan a buscar quienes lo necesitan porque no tienen qué comer.
Fue un invierno muy largo que nos ha hecho mirar la vida desde lo esencial, no estábamos juntos pero sí unidos de otra forma. Hemos tenido que aprender a relacionarnos de forma diferente. La idiosincrasia chilena es muy “de piel”, el beso, el abrazo… quedó en aprender a mirarnos a los ojos para saber cómo está la otra persona.
Creo que hemos aprendido que para vivir no son necesarias tantas cosas. En este minuto lo esencial es la salud, ya que hubo pérdidas lamentables de personas a las cuales no se las pudo despedir. Y eso deja mucho dolor en el corazón.
La necesidad de usar nuevas tecnologías puso en evidencia el analfabetismo digital de los adultos y también de algunos jóvenes, niños y niñas, que este año aprendieron a usar los dispositivos para escribir, leer, hacer presentaciones y desarrollar temas en ellos. Y también evidenció quienes tienen la posibilidad de internet y quiénes no. Con ello, la brecha digital y económica se abrió mucho más.
En fin, hay quien dice que ha sido un año perdido. Yo no lo considero así, pues esta realidad nos llevó a ser creativos, solidarios… nos llevó a interiorizar y vivir la fe de forma distinta. Tal vez nos llevó a rezar más y ser más espirituales.Montserrat Calderó mcm"
Gràcies germana per fer-nos arribar el teu testimoni, des de la diòcesis de Lleida continuem pregant per tots els missioners i missioneres , i per la tasca que dueu a terme , per tot el món
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