ia Misionera 2012
PRESENTACIÓN
Los niños de Infancia
Misionera –en un proceso de formación misionera, y con el
objetivo de conocer mejor a los niños de los cinco continentes– se acercaron
los tres últimos años a los niños de Asia, de África y de Oceanía. Este curso
damos un paso más, y nos detenemos en América. El próximo año cerraremos este
ciclo formativo con los niños de Europa. Es un proyecto que les ayuda a sentirse
solidarios, ciudadanos de un mundo cada vez más próximo.
Antes de la clase pedimos a los niños que busquen
en Internet datos sobre
América y que traigan alguna foto que refleje vivencias
personales o familiares.
OBJETIVOS
1. Descubrir algunas características generales de los niños
americanos y de su realidad actual.
2. Potenciar comportamientos solidarios hacia ellos.
3. Valorar lo que tenemos y suscitar deseos de que otros niños
puedan vivir mejor.
MOTIVOS DE
PREOCUPACIÓN
INFANCIA MISIONERA EN
AMÉRICA
América es un gran continente, en el que se dan, a la vez, grandes
contrastes entre el norte y el sur, entre la población que vive en núcleos
urbanos y la rural, entre las zonas y grupos sociales desarrollados y otros en
vías de desarrollo, o entre los que llevan un estilo de vida occidental y los pueblos
nativos. Se dan diversas circunstancias negativas:
Nos encontramos ante sociedades
muy desiguales, que no garantizan a todos las mismas oportunidades.
Debido a la insuficiencia de recursos, casi 81 millones de niños, niñas y adolescentes
ven mermados sus derechos fundamentales específicos: derecho a la nutrición, al
acceso al agua potable, a una adecuada higiene y atención sanitaria, a la
educación, a la información y a una vivienda digna.
Millones de niños de América siguen viviendo una
infancia “no apta para menores”. Los juegos, las alegrías, la ausencia de
preocupaciones, que deberían llenar sus primeros años de vida, han sido
sustituidos por las crudas consecuencias que el mundo de los adultos ha
desencadenado a su alrededor.
Además de ser una de las regiones con más
desequilibrios del mundo, América Latina posee el mayor índice de violencia, que afecta sobre todo a mujeres, niños y niñas, incluso en sus
propias familias. Unos 40 millones de menores de 15 años sufren violencia,
abusos y abandono, tanto en la familia, como en la escuela, la comunidad y las
calles.
La proporción de niños
trabajadores alcanza casi el 20% del total. En algunos
países, uno de cada cinco niños trabaja ya a los 10 años, y casi siete millones
de ellos, es decir, uno de cada tres niños, trabaja en grave situación de
riesgo.
Los niños de Infancia Misionera son una gran
esperanza de futuro, porque muchos de los misioneros de hoy y de mañana forman
parte de ella. Estos “niños misioneros” se comprometen, ya desde ahora, a
apoyar con su oración la tarea evangelizadora de tantos misioneros, religiosos
y laicos, catequistas, profesores de religión... que llevan a todos los rincones
de América la Buena Noticia de Jesús.
Pueden acercarse a la realidad de los diversos
países de América, posibilitando a la vez que también los niños procedentes de
aquellos países y que viven hoy entre nosotros les ayuden a descubrir y a
compartir juntos la riqueza de su cultura, sus costumbres, su fe –muchos de
ellos son también cristianos–, sintiéndose hermanos y amigos, y facilitando así
su integración.
Infancia Misionera apoya actualmente 2.785
proyectos educativos, sanitarios, sociales, catequéticos, asistenciales... para
los niños de todo el mundo.
INFANCIA MISIONERA EN
ACCIÓN
Obras Misionales Pontificias
DAVID VIENE A QUEDARSE
Me llamo Pedro, tengo 10 años y vivo en España. Quiero contaros
la historia de un
niño inmigrante llamado David.
David tiene la misma edad que yo. Nació y vivió hasta ahora en
otro continente, en
el sur de América, también llamada América Latina. Sus padres
decidieron emigrar a
España. Como sabéis, nuestro país está en Europa, el llamado
“viejo continente”. Quisieron
emigrar aquí porque, cuando eran pequeños, en el colegio les
obligaron a aprender
su historia, su geografía, sus costumbres. Y creyeron que, como
tenían que emigar,
este país sería el adecuado para mejorar su calidad de vida, ya
que la que tenían
no era tan buena.
Hablaron con su hijo diciéndole:
–David, vamos a viajar a España y nos quedaremos a vivir allí.
Tendremos tiempo para
conocer su gente, trabajaremos para ser independientes,
disfrutaremos con todo
lo que hagamos, nos respetarán y valorarán y venceremos todas
las dificultades poco
a poco. Aprenderás mucho, y los demás niños aprenderán también
contigo.
Llegaron a nuestro país en verano. El paisaje les fascinó.
Alquilaron un piso y el padre
encontró trabajo de repartidor en un supermercado. La madre
cuidaría a un señor
anciano, mientras David comenzaría las clases en su nuevo
colegio.
En su clase de 5.º de Primaria eran 25 alumnos. Su primer día
fue un desastre por
mi culpa. Jugando al fútbol en el recreo, sentí rabia de que
fuese tan buen jugador.
Me tiré al suelo a propósito delante de él y grité que me había
hecho la zancadilla. Y
lo peor fue que le dije:
–Vete a tu país.
En ese momento no me puse en su lugar: ¿qué pasaría si yo fuese
un inmigrante y
me dijesen lo mismo?
Él no supo qué decir. Los demás lo miraban con enfado.
Esa noche, en la cama, no me sentía bien. Mi abuela, preocupada,
me preguntó qué
me pasaba y le conté que, en clase, había tratado mal a un niño
nuevo. Ella me dijo:
–Tienes que hablar con Jesús. Verás como Él te ayuda a encontrar
la solución.
Al día siguiente sentí ganas de hablar con David y de pedirle
disculpas por mi comportamiento.
Mi profesora, que además es mi catequista, me preguntó:
–Pedro, ¿qué te ha impulsado a pedir perdón, con lo que te
cuesta hacerlo?
Le conté lo que me dijo mi abuela. Ella se alegró y nos dijo a
todos:
–Este curso, durante varios días, vamos a hacer una serie de
actividades en la clase
de Religión. ¿Os animáis?
Toda la clase dijimos muy fuerte: “Síííííí...”.
Con David, este compañero que ha venido de América, nos
propusimos hablar de Jesús.
Así todos seríamos amigos y mejores personas.
Nos colocamos en círculo y la profe cogió la Biblia y le
preguntó a David si conocía
a Jesús. Él le dijo que un poco.
La profe comenzó a explicarnos las actividades que íbamos a
hacer para ser “amigos
de Jesús”:
MARI CARMEN SUÁREZ BLANCO. Colegio
Apóstol Santiago de
ACTIVIDAD N. 2
TORBELLINO DE IDEAS
expresiones:
. Convivencia multicultural
. Respeto mutuo
. Seguidores de Jesús
La profe prepara en la pizarra unas preguntas con sus respuestas.
Cada uno marca con el lápiz las que cree que son correctas e
incorrectas (V-F).
Jesús quiere que:
. Todos seamos hermanos
. No discriminemos a nadie por su raza
. Respetemos solo a los que nos caen bien
ACTIVIDAD N. 3
Por grupos de cinco, se entregan unas tarjetas. En cada una hay
escrita una palabra:
América - Jesús - Europa - respeto - convivencia - colaboración
- hermanos
Cada grupo tiene que llegar a una conclusión con esas palabras.
Los portavoces de los distintos grupos hacen un resumen como
conclusión general.
ACTIVIDAD N. 4
Cada alumno/a coloca en el corcho las fotos que ha traído de su
casa: bautizo, cumpleaños, excursiones..., y explica brevemente su sentido.
David cuenta que al llegar se encontraba fuera de sitio, pero
que los niños de su clase han logrado que se sienta como en casa, y que ha
descubierto que Jesús es su amigo y que el mundo es la casa de todos.
ACTIVIDAD N. 5
Hacer juntos una oración de acción de gracias por vivir con
niños de otros países y culturas, ya que así nos enriquecemos mutuamente. Cada
uno dibuja un símbolo (cada alumno el que quiera) para presentarlo en la
capilla. Por ejemplo:
-
Jesús,
con niños y niñas de diferentes lugares.
-
Representación de la unión fraterna de personas
de diferentes lugares del mundo, etc.
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