El Padre Isidro Fábregas, és un missioner salesià; que deixà petjada en el seu pas per Lleida. Malgrat que fa més de 40 anys que viu a Mèxic, des d'aquesta delegació el sentim una mica lleidatà. Acabem de rebre una carta on ens explica com ha celebrat el seu 80è aniversari de vida i 50è de sacerdot. La compartim amb vosaltres, doncs és motiu de joia i agraïment.
El día 4 de marzo me acaban de celebrar una gran
fiesta con motivo de ser mi 80 cumpleaños y además mis bodas de oro
sacerdotales trasladadas, y además 41 años de permanecer en esta misión; cosa
que permitió a la Comunidad del CECACHI organizar la fiesta que llamamos de la
gratitud, en la persona del que representa la Comunidad, pero que engloba a todos
los que trabajamos en la misión.
Fue un día muy agradable, ya a las 5.30 de la
mañana tenía a la puerta de mi habitación un grupo parroquial que tiene el
nombre San Juan Pablo II y que toca en las misas dominicales de la parroquia.Son ya personas adultas, que vinieron a cantarme a la puerta las famosas
mañanitas y una serie de cantos preciosos. Posteriormente a las 6.30 me
obligaron salir de la capilla donde estaba en meditación con los alumnos y alumnas
con la Comunidad de hermanas salesianas y hermanos salesianos, junto con la
banda de de música para cantar también por su parte las mañanitas.
Procedente de México D.F. había llegado la noche
anterior el P. Gabino Hernández superior provincial para acompañarnos en la
fiesta.
Durante la mañana llegaron los papás de los alumnos
y alumnas para visitar a sus hijos y participar en la fiesta.Tuvieron por la
mañana su asamblea de padres de familia y a las 12 celebramos la Santa Misa con
un lleno hasta los bordes, la capilla del CECACHI que es muy hermosa, un
conjunto de La Esperanza Lalana, nos acompañó junto con nuestra banda de música
en la solemnización de la Santa Misa. Al principio presidía el P. Inspector,
pero terminado la lectura del Evangelio me impusieron simbolicamente como
rememorando la ordenación de hace 50 años, una preciosa casulla que me regalaban
y desde entonces seguí presidiendo yo. Todo fue maravilloso, las ofrendas, la
liturgia, la participación...
Terminada la Santa Misa en el PUM (Patio cubierto
para usos múltiples), tuvimos la academia que fue muy hermosa con la presencia
de muchas personas amigas y los padres que me acompañaban de las parroquias
vecinas que pertenecen canónicamente a esta comunidad; mientras al mismo tiempo
repartían la comida formando una gran convivencia con la presencia de los
padres de familia. El día anterior unos amigos habían regalado una res que se
sacrificó y dio oportunidad de preparar barbacoa para todos. Fueron momentos
muy agradables.
Por la noche de nuevo con la presencia de los
maestros que trabajan con nosotros, tuvimos una muy íntima cena muy agradable y
muy suculenta.
En fin fue un día muy agradable que me marcó mucho
para darle gracias a Dios por tanta misericordia que ha tenido conmigo y que me
ha permitido realizar tantas cosas en los cuarenta y tantos años que llevo
aquí.
Un saludo muy afectuoso desde el CECACHI Don Bosco, Oaxaca, México.
Que Dios los bendiga mucho. P. Isidro Fábregas.
Sala
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